La sonata barroca
Bach & Haendel

Sonata para violín y continuo

 

Programa….

    I
    Georg Friedrich Haendel (1685-1759)
    Sonata para violín y continuo en Re menor, HWV 359a
    Grave, Allegro, Adagio, Allegro

    Sonata para violín y continuo en Re mayor, HWV 371
    Affecttuoso, Allegro, Larghetto, Allegro

    Johann Sebastian Bach (1685-1750)
    Sonata para violín y continuo en Sol mayor, BWV 1021
    Adagio, Vivace, Largo, Presto

    II

    Georg Friedrich Haendel (1685-1759)
    Sonata para violín y continuo en Fa mayor, HWV 370
    Adagio, Allegro, Largo, Allegro

    Sonata para violín y continuo en Re menor, HWV 359a
    Grave, Allegro, Adagio, Allegro

    Johann Sebastian Bach (1685-1750)
    Sonata para violín y continuo en Mi menor, BWV 1023
    Allegro, Adagio ma non tanto, Allemanda, Gigue

 

 

Notas al programa….

 

Una poderosa manera de compartir la emoción musical

    E

    l programa rinde tributo al admirado músico veneciano Antonio Vivaldi y a su obra más conocida, una de las composiciones clásicas más populares de todos los tiempos, la más interpretada y la más grabada.

    El caso del prete rosso -así apodado por ser cura y pelirrojo- y Las cuatro estaciones es particularmente significativo. Conocieron el éxito desde el primer momento en que fueron alumbradas entre 1718-1722, Para entonces Italia ya había adquirido la supremacía musical sobre el resto de las naciones como abanderada de la música puramente instrumental y el recién surgido concerto como forma musical hacía furor en el resto de Europa. Valga como ejemplo los también celebérrimos Conciertos de Brandenburgo que escribiera Bach en esos años. En general, fue un periodo muy fecundo para la música barroca europea.

    Las 4 estaciones pertenecen a la colección de doce conciertos agrupados bajo el título Il cimento dell’ armonia e dell invenzione, opus 8, por el que Vivaldi viene a confirmarnos que la armonía y la invención -el orden y la libertad – maridan perfectamente.

    Ya había contribuido de forma brillante a cimentar el género del concierto (concerto) a partir del concerto grosso, caracterizado por la alternancia entre el “groso” de la orquesta (tutti o ripieno) contrastando a un número reducido de solistas.
    No obstante, Vivaldi sigue innovando en el concepto y en el tratamiento de la forma concierto, explora nuevas armonías y pone a prueba no solo el virtuosismo del intérprete, sino también el de la orquesta como bloque representativo, creando un nuevo género concertístico, el concierto para solista con una particular y poderosa manera de compartir la emoción musical.

    Vivaldi recurre a la imitación de la naturaleza, y su maestría se refleja en cómo plasma las vivencias sonoras y sensoriales de la naturaleza a través de los aspectos cromáticos, tímbricos o dinámicos. Utiliza para ello numerosos efectos y recursos sonoros que denotan una fértil imaginación instrumental y un control absoluto de la masa sonora.

    Como si de la propia música surgieran las imágenes, en el «Verano» las semicorcheas del violín pretenden ser el canto de los pájaros o el aumento de la fuerza del viento; «Verano» recuerda a una tormenta, mientras «Primavera» describe una lluvia repentina. O anotaciones en la partirua que hacen referencia al realismo de las escenas como “huracán” en «Primavera»; la “lluvia” de «Invierno» o el “oleaje” de la Tempesta di mare.

    Es una suerte que, además de ser un verdadero hit que traspasa el tiempo, Las cuatro estaciones sean una obra maestra y el prete rosso un maestro universal.

      Gracia Terrén Lalana