Pasión según San Juan
J. S. Bach

Pasión según San Juan

 

Programa….

    J. S. Bach (1685-1750)

    Pasión según San Juan BWV 245 (1724)

 

 

Notas al programa….

 

 

Juan, el apóstol predilecto

L

a pasión es un género de música sacra en el que se musicalizan los relatos del Evangelio que relatan la historia de la crucifixión y muerte de Cristo y destinados a ser interpretados en tiempos de Cuaresma. Su existencia se remonta a la Edad Media, cuando era recitada en canto llano y en latín. A partir del siglo XV, paralelamente a la evolución del lenguaje musical, en una mezcla de canto llano y polifonía. El género encuentra su culminación en las que compuso el cantor de Leipzig en la primera mitad del siglo XVIII.

Para comprender la composición de Bach en toda su dimensión no hay que perder de vista ciertos factores. En primer lugar, el contexto histórico-social en el que se crea, que no es otro sino la Alemania luterana; en segundo lugar, el mapa musical en Europa dominada por los lenguajes de Francia e Italia en primera instancia; y, por último, la evolución de la historia de la música, pues con el desarrollo de la música instrumental y el estilo concertante, Bach integra en el género de la pasión nuevos elementos como recitativos, arias, conjuntos mixtos y fragmentos puramente instrumentales.

La Pasión según san Juan es la primera del Kantor de Leipzig y fue estrenada en la vigilia del Viernes Santo de 1724 en la iglesia de san Nicolás esta ciudad. Está basada en los capítulos 18 y 19 del Evangelio según san Juan y toma elementos de los otros evangelistas. Otro recurso esencial en la estructura de la obra es el coral o himno luterano tradicional de los siglos XVI y XVII.

El carácter, la forma y el contenido de la historia de la pasión según Mateo, Marcos, Lucas o Juan difieren entre ellos. Así, la versión según el evangelista san Juan pondera el origen divino de Cristo y su cualidad humana, y adquiere una naturaleza más abstracta, sombría y emotiva. La música está siempre al servicio del texto dramático, lo que resulta determinante para que la musicalización de Bach -fervoroso creyente, además- refleje y transmita el sufrimiento de Jesús, o aserene el espíritu del oyente cuando las palabras así lo requieran. Las partes corales simbolizan la fe colectiva mientras que las arias, defendidas por voces solistas, exaltan la fe personal. El evangelista Juan, que conduce el relato de forma ágil y directa, y Jesús son los solistas e interactúan con los otros personajes que habitan en el relato, testigos de su crucifixión y muerte: Pedro, Pilato, la doncella Ancilla, el criado, y la multitud o turba.

 

 

Desde el punto de vista formal, el recitativo declamado y los coros llevan el peso de la narración. Las arias, ariosos (más libres) y los corales van señalando los momentos de mayor importancia de la pasión y conforman el elemento poético y meditativo, recreando una emoción determinada del acontecimiento que se acaba de contar. En muchos casos sirve de nexo entre Jesús y el pueblo. Los diversos colectivos que participan en la historia son los «coros de turbas», fragmentos breves, de fuerte impacto, imbricados en la parte de un todo (arias o coro) que alcanzan una intensidad dramática.

Bach utiliza un conjunto instrumental numeroso compuesto por sección de cuerdas (violines, violas, violas d´amore, viola da gamba, violonchelos, violones), al que suma flautas traveseras, oboe d´amore y oboe da caccia y utiliza un acompañamiento de doble continuo con clave y órgano. En números particularmente destacados, Bach incluyó también sonoridades inusuales en la orquesta como el laúd.

 

Los momentos

Con estas herramientas Bach construye la Pasión según san Juan de una forma eficaz y sublime, genial, en el que diversos universos sonoros conviven con el fin de dar vida al relato que se nos cuenta. Así, momentos de plenitud como el coro inicial alabando al Señor «Herr, unser Herrsche!» («Señor, nuestro soberano»), que resume el mensaje general de la obra: «¡Muéstranos por medio de tu Pasión que tú, el verdadero hijo de Dios, (…), eres glorificado», alternan con momentos a solo de introspección y lamento. A este respecto, un punto álgido de la pasión y de la partitura lo encontramos en el aria nº 30 «Es ist vollbracht» («Se ha consumado»), en la que la agonía de Jesús es interrumpida inesperadamente por un vivace triunfal coincidiendo con el texto que proclama la victoria del héroe de Judea. Tras haber liberado a Barrabás y culpado a Jesús, el arioso (n° 19) «Betrachte, meine Seel» («Contempla, alma mía») y el aria para tenor (n° 20) «Erwäge, wie sein blutgefärbter Rücken/ In allen Stükken» («Repara en cómo su espalda ensangrentada en todo al cielo se asemeja», con un inusual acompañamiento de violas y laúd que expresa la contemplación luminosa arropada por el amor. Otro número particularmente destacado es el aria para bajo n° 24 «Eilt, ihr angefochtnen Seelen» («Apresuraos, almas atribuladas», cuando Jesús se dirige al Calvario con la cruz a cuestas, alentando a la multitud (coros de turbas), que preguntan de forma incesante adónde ir ¿Wohin wohin?

Magníficos ejemplos de agitados «coros de turbas» se dan en el n° 12b «Bist du nicht seiner Jünger einer?» (¿No eres uno de sus discípulos?) en el que la turba revuelta insta a Pedro a responderles si es discípulo o no de Jesús «¿No eres tú, no eres tú?»; en la escena del juicio de Pilato (16b) «Wäre dieser nicht ein Übeltäter, /wir hätten dir ihn nicht überantwortet» (Si no fuera un criminal, /no te lo habríamos entregado); o el n°27b «Lasset uns den nicht zerteilen» (No la cortaremos [la túnica] en pedazos), por citar algunos.

La Pasión concluye con una expresiva sencillez: en un último recitativo, Juan, el «discípulo que él amaba» nos cuenta que «uno de los soldados le abrió su costado con una lanza y al momento brotaron sangre y agua. Y quien ha visto esto ha sido testigo de ello, y su testimonio es verdadero, y él mismo sabe que dice la verdad para que vosotros creáis». El coro, por otra parte, con dos intervenciones: la n° 39 «Ruht wohl» (Descansad, restos sagrados,/ que ya no lloraré más, / descansad y dadme también a mí el descanso!) y la n° 40, como voz de la comunidad, entonando el coral «Ach Herr, laß dein lieb Engelein / Am letzten End die Seele mein / In Abrahams Schoß tragen» (Ah, Señor, deja que tus amados querubines/en la última hora conduzcan mi alma al seno de Abraham.).

Desde el punto de vista de legado musical, la Pasión según san Juan es una de las obras cumbre del género sacro por su extraordinaria intensidad y gran belleza, no exentas de gran dificultad técnica. La música se expresa en todas las voces y allí es donde el gran talento y de Bach -ferviente creyente, además-, también se expresa con extraordinaria intensidad y gran belleza, así como con eficacia y gran elaboración.

    Gracia Terrén Lalana