Stabat Mater
Eja mater, fons amoris

Eja mater, fons amoris

 

Programa….

Giovanni Battista Pergolesi (1710-1737)
Stabat Mater Dolorosa (1736)

    1. Stabat Mater Dolorosa Dueto
    ……….Grave
    2. Cujus animam gementem Aria (soprano)
    ……….Andante amoroso
    3. O quam tristis et afflicta Dueto
    ……….Larghetto
    5. Quis est homo Dueto
    ……….Largo
    5. Pro peccatis suae gentis
    ……….Allegro
    6. Vidit suum dulcem natum Aria (soprano)
    ……….Tempo giusto
    7. Eja mater fons amoris Aria (alto)
    ……….Andantino
    8. Fac ut ardeat cor meum Dueto
    ……….Allegro
    9. Sancta mater, istud agas Dueto
    ……….Tempo giusto
    10. Fac ut portem Christi mortem Aria (alto)
    ……….Largo
    11. Inflammatus et accensus Dueto
    ……….Allegro ma non troppo
    12. Quando corpus morietur Dueto
    ……….Largo assai
    5. Amen
    ……….Presto assai

 

 

Notas al programa….

 
A

l igual que el Réquiem de Mozart, el Stabat Mater de Pergolesi es una reflexión sobre la muerte escrita por un músico que siente muy próximo el final de su vida. Pergolesi terminó la composición del Stabat Mater en el monasterio de los padres capuchinos de Pozzuoli, un pueblo cerca de Nápoles, donde se había retirado para curarse de la tuberculosis. Allí murió el 16 de marzo de 1736, con veintiséis años. El Stabat Mater fue su última obra.
El texto en latín de Jacopone da Todi, que describe de manera realista los sufrimientos de la Virgen ante la Cruz, se carga en Pergolesi de una intensidad nueva, más humana y sentimental. Ausente el coro, se impone la dimensión solista de las voces (soprano y contralto), empleadas a lo largo de la obra en una sucesión de arias y dúos. Máxima claridad se confiere a la dicción del texto, del que a veces se destacan determinadas palabras con plástica intensidad: los trinos sobre tremebat para traducir la sensación de temblor, o las ornamentaciones sobre plagas [llagas] como borbotones de sangre saliendo de las heridas.

Stefano Russomanno

«(…) Toda la obra es el hermoso despliegue de un dolor que la música nos invita constantemente a hacer nuestro». >.

 

En el Stabat Mater pergolesiano se abre paso una sensibilidad de nuevo cuño: el retrato sonoro de un sufrimiento que es punzante y al mismo tiempo suave, desgarrador y a la vez seductor. Uno no sabe si afligirse o regocijarse. La duda se instala desde los primeros compases, con los roces disonantes entre las voces que, pese a todo, irradian dulzura. Toda la obra es el hermoso despliegue de un dolor que la música nos invita constantemente a hacer nuestro: los contrastes dinámicos y las notas a contratiempo de Cuius animam gementem; el doliente cromatismo de O quam tristis et afflicta; las síncopas afanosas de Quae moerebat et dolebat; las apoyaturas y los cromatismos de Quis est homo; la efusiva cantabilidad de Sancta mater; los silencios inquietantes de Fac, ut portem Christi mortem; la animación de Fac, ut ardeat cor meum e Inflammatus et accensus. Y, al final del todo, la melodía transfigurada de Cuando corpus morietur.

Denis Diderot

La policía debería prohibir que se cante el Stabat de Pergolesi.

 

El Stabat Mater de Pergolesi disecciona el dolor desde una perspectiva “cantabile”. Esta es su paradoja. Quizá por ello, en cuanto empezó a circular por Europa, multitudes de oyentes sucumbieron al perturbador encanto de su música. Tal como advertía Diderot en El sobrino de Rameau, “la policía debería prohibir que se cante el Stabat de Pergolesi”.

    Stefano Russomanno